Jornadas de Ejercicios Espirituales de «Manos Abiertas» en Reducción

En la localidad de Reducción, unas 21 personas provenientes de cuatro parroquias de la Diócesis participaron de Ejercicios Espirituales ofrecidos por el Equipo «Mama Antula» de la Fundación Manos Abiertas.

La Hermana María Cristina Martínez, integrante del Equipo Mama Antula, señaló que los Ejercicios Espirituales «están destinados a personas con menos recursos que buscan una experiencia de Dios, desde una espiritualidad ignaciana». «Los ejercicios espirituales son un modo de hacer relación, de encontrarse con el Señor, encontrarse con uno mismo. Es un modo que propone San Ignacio de Loyola, que va haciendo la experiencia propia en sí mismo de lo que uno va viviendo en su relación con el Señor y luego poniendo por escrito. Él se da cuenta que esto que le está pasando en su corazón, es un camino que puede servir a muchos, un camino de discernimiento, de oración, de ponerse sobretodo a la escucha, en un cara a cara con el Señor» explicó.

En ese sentido, señaló que la propuesta de los ejercicios espirituales que lleva adelante Manos Abiertas, comprende ejercicios en silencio y de oración personal. «Este silencio que nos capacita para abrir el corazón y poder escuchar la voluntad del Padre sobre nosotros, escuchar nuestros deseos más hondos que es donde la voluntad del Padre se manifiesta» afirmó.

Las jornadas, que se realizaron desde el 23 al 25 de noviembre, en el Santuario del Señor de la Buena Muerte, contó con la prédica del Pbro. Diego Canale, un joven sacerdote que realiza su tarea pastoral en el sur de Neuquén. «Fue un lujo tener al Padre Diego, lo llaman el <Brochero del Sur>. Es un joven apasionado por Jesús, por el Evangelio y por la gente. Nos fue compartiendo el fuego interior que él tiene, con su simplicidad y sencillez, desde su propia experiencia personal, desde el camino que Dios ha hecho en su corazón» comentó.

«Fue una experiencia maravillosa. Siempre nos llama la atención, porque a veces hay personas que nunca han hecho silencio y el corazón se siente inquieto ante esto. Pero las 21 personas que hicieron los ejercicios, entraron mansamente con el corazón totalmente puesto en manos de Dios» concluyó.

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