Mons. Uriona: «María como Madre amorosa, está a nuestro lado, alentándonos siempre»

Cientos de fieles participaron de la festividad de la Virgen de la Consolata en la localidad de Sampacho. Luego de la tradicional procesión por las calles del pueblo, pasada las cuatro de la tarde, comenzó la Santa Misa presidida por Mons. Adolfo Uriona.


En su homilía, el Obispo resaltó que, así como María se encaminó para ponerse al servicio de su prima Isabel, hoy «está a nuestro lado alentándonos siempre, en la tristeza y en la desesperanza».

A continuación, compartimos la Homilía: 

Queridos hermanos:

                        Estamos celebrando a la Virgen de la Consolata, nuestra Madre consuelo de los afligidos.

            Desde los inicios de la humanidad el Adversario, está al acecho para alejar al hombre del camino que Dios, Padre amoroso, le ha señalado, incitándolo a la desobediencia y a buscar otros caminos aparentemente atractivos pero que terminan en la frustración.

            Este es el drama que el hombre vive desde el comienzo de su historia. El haberle dado la espalda a Dios a través del pecado le trajo como consecuencia la ruina: odio, violencia y muerte aparecen inmediatamente después del pecado.

            Pero el Amor Misericordioso del Padre no lo deja librado a sí mismo sino que le promete que, a través de una mujer y su linaje, aplastará la cabeza del Enemigo y le llegará la liberación.

Por Cristo, fruto del vientre de María, fuimos salvados. Desde las primeras páginas de la revelación bíblica, María aparece como “fuente de consuelo” para la humanidad hundida en el oscuro abismo de la muerte.

            El hombre a pesar de haber sido redimido por Cristo está siempre tentado a buscar los caminos del Adversario alejándose del Señor y así hoy seguimos soportando las consecuencias del pecado: injusticia por doquier, pobreza y exclusión, inequidad escandalosa, nuevas esclavitudes como las adiciones y la trata de personas, tráfico de armas, guerras, violencia, muerte…

Frente a este panorama desolador que vive el mundo de hoy y que nos llega al instante a través de los medios de comunicación, corremos la tentación de desalentarnos y bajar los brazos y nos preguntamos: ¿Qué podemos hacer ante tanto mal que nos rodea?..

Recurramos entonces, con Fe confiada, a la Virgen de la Consolata. La Palabra de Dios nos dice que así como María, después de que el Ángel le anunciara que sería la Madre del Salvador, inmediatamente se encaminó para ponerse al servicio de su prima Isabel, también hoy como Madre amorosa se pone a nuestro servicio para socorrernos con su divino consuelo.

Por tanto le pedimos:

  • Por las familias a fin de que descubran que en el respeto, el amor y la fidelidad está la auténtica felicidad…
  • Por los niños y jóvenes, que no se dejen engañar por las falsas propuestas de esta sociedad engañosa…
  • Por los que no tienen trabajo y los excluidos de esta sociedad inequitativa…
  • Por los enfermos y ancianos, a fin de que encuentren en ella el consuelo ante el sufrimiento y la soledad…

Renovemos nuestra Fe y Confianza en la Virgen que, como Madre que consuela, está a nuestro lado alentándonos en la tristeza y desesperanza. Ella nos infunde ánimo para seguir peregrinando en medio de los combates de la vida y en las difíciles circunstancias históricas que hoy nos toca afrontar.

      Virgen de la Consolata, ¡te necesitamos, quédate con nosotros! Amén.

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Fuente: Obispado Río Cuarto – Equipo Diocesano de Comunicación – FM Identidad (Sampacho)

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