La Carta Pastoral de nuestro obispo propone en el último punto, antes de invitar a mirar a María, nuestra Madre, como peregrina de la fe y estrella de la evangelización, a centrar la pastoral en el desarrollo de la espiritualidad misionera.
El punto C) resalta textos de la Evangelii Gaudium para enfatizar en tres ejes de esta espiritualidad:
Ser evangelizadores con Espíritu, esto es llenos de audacia, fervor y entusiasmo; superando las dificultades, especialmente el desánimo; y tomando conciencia de la fuerza misionera que tiene la oración de intecesión.
La audacia, el fervor y el entusiasmo son dones que hay que pedir insistentemente al Señor.
La audacia de David al enfrentar a Goliat; el fervor de Moises al abrir las aguas para que el pueblo elegido salga de la tierra de esclavitud; el entusiasmo de Josué en ver posible lo que parecía imposible: entrar a la tierra prometida por el mismo Dios.
“Si no sentimos el deseo de comunicarlo (el fervor del Espíritu) necesitamos detenernos en la oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos …” (EG 264).
Y es el Espíritu el poder de Dios mismo que convierte la muerte en vida. Que es capaz de abrir sepulcros inmundos para resucitar huesos muertos. Los de muchos que creen no tener más esperanzas y los nuestros propios!
La primera lectura es la promesa concreta del Señor de la locura de la resurrección de nuestras muertes diarias, de nuestras incoherencias, como persona y como comunidad.
San Pablo dirá que “el que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo.”
Para mostrar a ese Jesús cercano, triste y conmovido que sabe sobreponer su pena y su abatimiento humano sometiéndose al poder del Espíritu de Dios que saca afuera a Lázaro, muerto hace ya cuatro días.
La tarea de la comunidad que reconoce y descifra la fuerza de la palabra URGENCIA, que es mucho más que PRIORIDAD, es, guiada por el pastor, dejarse embeber, dejar empapar los límites y las consideraciones humanas, por el poder el Espíritu que se reconoce y se pide en la oración.
Urgencia no es Prioridad.
La definición inicial de la Carta Pastoral de que la Urgencia Pastoral en la diócesis son los pobres, permite invertir tiempo y reflexión en la fuerza del término.
Asi como la palabra PRIORIDAD puede llevar consigo una connotación más bien analítica, diagnóstica y teórica, y hace correr el riesgo de que nos perdamos el llamado a salir a jugar el partido, la palabra utilizada en la Carta Pastoral, URGENCIA debería hacernos detener en la fuerza que encierra.
URGENCIA encierra una imperiosa necesidad de salir, de abrazar, de acudir. Y rápidamente.
La palabra URGENCIA descarta todo tipo de teorización teológica de la misión.
Si la URGENCIA está declarada, sólo resta salir. E Inmediatamente.
Y la propuesta es a salir YA, sin caer en la tentación de creer que primero hay que preparase para luego salir, como resalta la Carta.
La confianza en el Espíritu Santo que guía a la Iglesia SIEMPRE, debe decidirnos a ponernos en marcha de manera inmediata.
Instar y sentirse instado a ponerse en marcha de manera inmediata: Porque lo más importante está claramente dicho y establecido: La urgencia pastoral de la diócesis son los pobres, en todas sus formas.
¿Hay alguna otra tarea pastoral más importante que anunciar?
¿y hacerlo con palabras pero sobre todo con acciones?
¿No es esto, acaso, la Pascua misma?
Sigamos en este camino, se acerca una nueva Pascua.